MM mi marido, que de vez en cuando las clava, me dijo una noche que utilizara el método del positivismo, "Si claro pa positivismo estoy yo!". Pero bueno no veía otra y a la mañana siguiente me puse manos a la obra.
"A los muyyyy buenos días. Qué requetebien te has portado esta noche, no sabes lo contenta que está mamá!!" (el pobre, si duerme todas las noches del tirón como un santo bendito, pero bueno es que tenía que empezar por algo). Así conseguí la primera sonrisa del día y que se vistiera sin el dichoso "no" previo.
Me he encargado de insistir lo bien que se porta y lo contenta que estoy en cada acción bien hecha suya. A continuación recibía una sonrisa preciosa, pero no sólo eso, sino que cada vez el comportamiento ha ido a mejor, el "no" ha ido desapareciendo y el pequeño rebelde ha ido dejando paso a mi niño. Yo había cambiado mi actitud, mi lenguaje, mi tono de voz y él estaba mejorando su actitud de forma increíble.
Después de muuuuchos días, muuuucho morderme la lengua (en frases negativas), y muuuucha paciencia, he conseguido estar más tranquila y relajada (sobre todo la mente), puesto que los recuerdos del día eran mis frases positivas hacia mi hijo, sus buenas actitudes, sus sonrisas como respuesta a mi refuerzo positivo. Un ambiente una mijita más relajado en casa, y sobre todo!! el de 3 años 1/2 haciendo toooodo lo bueno del mayor!!
Conclusión: El cambio siempre comienza en uno mismo
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