Algo bastante básico y supuestamente sencillo: un folio, un rascacielos pintado y una pregunta ¿cómo podemos limpiar las ventanas del rascacielos?
Entonces, si tan sencillo y obvio es, ¿porqué mi hijo se niega a hacerlo? Es más, es que ni lo mira. Tenemos una semana para realizar la actividad, y van pasando los días y no logro ni siquiera que me escuche, que mire el folio, o que intente hacer algo.
Día antes de entregarlo, me siento con él, y le pregunto ¿cómo puedes limpiar estas ventanas que están tan altas?, a lo que me responde: ¿Altas?.
Ajá!! Se me encendió la luz, el folio está en horizontal, así que en su mente no hay nada alto, nada a lo que no se pueda llegar!!!
Puse el folio en vertical, apoyado en la pared, y tomé un muñequito enano que venía en un huevo kinder, y le volví a repetir la pregunta: ¿cómo puede el muñequito limpiar estas ventas que están tan altas ?
Eureka!! Dí en el clavo, la sonrisa de mi hijo le llenaba toda la cara, lo vió claro y transparente. La diferencia entre el muñequito y la punta del rascacielos era inmensa!!
Con una escalera, me contestó, cogí una escalera del castillo de los playmobil y sólo llegaba a la mitad del edificio, subió al muñequito por la misma, y de nuevo la pregunta: ¿cómo puede el muñequito limpiar las ventanas de arriba arriba que no llega con la escalera?
Como no se me había ocurrido!! Pues en avión, claro!!
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